Thursday 24 February 2011

Forasteros

“Probablemente me quedaré una semana; mis compañeros de viaje que no quieren ver España desde la ventanilla del tren sino desde un coche tirado por mulos, viajarán el lunes a Ronda en diligencia y desde allí también en diligencia a Sevilla donde me reuniré con ellos.” De este modo comenta su viaje por España, en una carta a la madre escrita desde Granada, el pintor finlandés Albert Edelfelt, quien a continuación se queja de la poca autenticidad de un baile  “gitano” que ha visto esa misma noche: espectáculo para turistas. Porque hay muchos modos de viajar y el que posee las pupilas del artista, el que está dispuesto a arrancarse los párpados para ver, pero ver de verdad, desde muy dentro, anda siempre en busca de eso que ha soñado, quizás, pero que debe estar en alguna parte cerca precisamente por eso, porque lo ha soñado.

Me pregunto ahora cómo hubieran cambiado los ojos Edelfelt si ese día hubiera seguido a sus amigos y su mirada se hubiera tropezado con Ronda, la bella ciudad que entre montañas erguidas y cielo azul y luminoso ha ido atrapando a todos los que llegaron hasta el sitio que guarda el misterio de la sierra y los bandoleros descritos por Washington Irving en su mítico texto sobre España, imágenes que se fueron cristalizando en óleos y dibujos que, desde el siglo XIX y junto con visiones literarias memorables, han ido raptado las imaginaciones de quienes soñaron con Ronda y llegaron hasta Ronda.

Y decidieron quedarse. Frente al resto de visitantes y forasteros que estuvieron de paso, ellos se quedaron después de haber recorrido el mundo en busca de ese lugar que se desea como se desea. Y se desea con tanta fuerza que se acaba por encontrarse. Sí: aquí debe ser.

Deja uno entonces de estar de paso –aunque bien visto de paso se está cada vez porque vivir es un paso y un paseo.  Y se organiza la vida lejos de la casa de la memoria y se construye otro concepto nuevo de hogar, en el cual los recuerdos se desplazan hacia nuevas referencias. Se pasa entonces a ser un forastero, el forastero, el diferente - no es, desde luego, mala opción para mirar el mundo con ojos limpios, los que ven más allá de las convenciones.

Esa ha sido la opción de NIE, un grupo al cual –o así lo creen los cinco artistas integrantes, David Seaton, Ide Idae Casarin, Jaime Boyd, Lies Wajer y Edda Marinzi - les une casi sólo su condición de extranjeros en Ronda –de ahí el nombre que han adoptado y que se refiere a la parte más técnica del ser extranjero, su número de identidad legal. Son cinco artistas de muy diversa procedencia y edad, con técnicas y estilos diferentes en sus trabajos. No obstante luego, de pronto, al mirar las obras con más detenimiento, se descubren ciertos lazos comunes, muy fuertes, que quizás no provengan de la ciudad donde han decidido vivir, sino de algo para lo cual busco la palabra y no la encuentro; algo que habita las pupilas y esa mirada profunda que ve cada vez desde el interior.

Entre los NIE hay, de hecho, pintores y escultores, fotógrafos, artistas que se ocupan de instalaciones... Sus países de origen también son  diferentes: dos ingleses (Seaton y Boyd), una holandesa (Wajer), una italiana (Casarin) y una austriaca (Marinzi). Sus edades van desde artistas veteranos como Casarin, Seaton o Marinzi, hasta más jóvenes como Boyd. Algunos han optado decididos por Ronda,  tal ha sido el caso Seaton; otros, como Wajer, han llegado hasta allí después de haber vivido en Australia, cerca con los aborígenes. Unos sabían que eran artistas desde el principio, como Casarin, otros, como Marinzi, eran restauradores de profesión. 

Sin embargo y en medio de sus diferencias a todos ellos les une algo muy especial que es, seguro, aquello que ha convertido un lugar de paso para los viajeros históricos en el territorio para establecer la casa para los NIE ¿Qué importa renunciar a la casa de la memoria, de la infancia? Ronda estaba en sus imaginaciones antes de llegar a Ronda pues quizás son los lugares los que nos encuentran y no al contrario. Cuando hablan de sí mismos y de su obra, casi todos aluden a la llegada, al regreso, a la decisión de establecerse en Ronda como quien se refiere a un viaje iniciático, esa nueva casa de memoria que, pese  a no ser la de padre, se llena pronto de recuerdos. Eso es lo que los une a todos más allá de las diferencias esenciales entre sus trabajos: haber llevado Ronda en la memoria incluso antes de haber llegado a Ronda. Estaba escrito. En cada proceso artístico de los NIE, que es en cada caso un proceso de introspección, hay algo mágico: un encuentro.

Y se asoma  Ronda en los trabajos de David Seaton quien, discípulo de una saga de artistas instalados en Ronda, estaba casi predestinado a establecerse en un lugar cuyos paisajes llenan las esculturas poderosas y  las pinturas transparentes y rotundas, como el cielo serrano. Casarin, quien se define como nómada, va tras la energía de la naturaleza en el uso valiente de sus colores y se enfrenta a una Ronda cuyo sol dota a sus mujeres, apenas atisbadas en superficies monogramas, de la fuerza de la luz meridional. Marenzi, a su vez, mira los árboles de su finca –para ella personajes- y toma la idea de las obras de su trayectoria como restauradora: a cada paso reflexiona sobre las contaminaciones del mundo, las que minan, invisibles también, y las plasma en la fuerza de sus obras. Me pregunto si en Ronda, con  sus árboles personajes, se siente a salvo.

Aunque el caso más curioso es el de los dos fotógrafos, Boyd y Wajer: en sus fotos tomadas de otros lugares, quien sabe si incluso antes de haber llegado a Ronda, está implícita la ciudad, desde el comienzo presagio en sus miradas. En las fotos australianas  de Wajer -quien se desvela apasionada de lo anticipatorio de las cosas que más tarde se hacen realidad- ve, como si de una bola de vidente se tratara, la esencia de esos paisajes que van a ser suyos, al tiempo voraces, íntimos y soberbios. Por su parte Boyd, el más joven del grupo, ha pasado años tomando fotos, pero sólo hace poco las considera parte de su proceso creativo. Hay en ellas una pulsión de fijar la mirada en las cosas pequeñas que cobran una enorme importancia cuando se está lejos de casa –volver a construir la cotidianidad.

Y, sin embargo, bien vistos los NIE no están lejos de casa, porque la casa es el lugar que uno ha soñado, al cual se ha pertenecido incluso antes de conocerlo. Ronda. 

Desviaciones en la serranía de Ronda

Ronda y la serranía atraen a numerosos visitantes, eso es evidente ante la variedad de acentos que escuchamos en las calles, bares, restaurantes y comercios de la ciudad.

Muchos sabemos que el turismo es la gran industria de esta ciudad, la industria que da oxígeno a no pocos sectores de la economía local y que posiblemente siga suponiendo por mucho tiempo la única fuente de ingresos no subsidiada por el Estado.

A lo largo de las últimas décadas, además del floreciente –e implacable- turismo impulsado desde la costa, la población de residentes de origen europeo establecida en la serranía ha aumentado considerablemente, y hoy, la serranía puede presumir de poseer un colectivo de residentes que pertenece a un muy amplio espectro de nacionalidades, como otras famosas zonas repartidas entre el interior y la costa mediterránea europea.

La existencia de semejante conjunto de habitantes ha de ser para la ciudad un motivo de satisfacción porque la convivencia e integración del extranjero siempre enriquece cuando hay consciencia del provecho que ese encuentro puede procurar a todos, y no me refiero necesariamente al provecho económico, sino al cultural, tal vez el rendimiento definitivo a la hora de mejorar Ronda y su serranía, como enclave atractivo para todos y no solo para pasar el día. Turistas, estudiosos, peregrinos, viajeros, creadores, curiosos, detractores, etc., todos dejan una impronta que no tarda en ser expresada, y la industria de la ciudad, afortunadamente, lo perpetúa. Y siempre me pregunto ¿qué piensan el rondeño o el serrano de esta experiencia? ¿de qué forma percibe un habitante oriundo al forastero que disfruta por lo general en mayor medida y de mas cosas que el local, porque a éste, a menudo, se le escapan por evidentes?

El asombro que produce la serranía, su visión en las distintas estaciones, la inexistencia de un horizonte lineal y su abismal percepción del espacio; la invitación a tocar un cielo y respirar una brisa casi permanente, nos ha “arrebatado” si no “secuestrado los sentidos” a muchos de nosotros, que somos forasteros en origen; nos ha quitado un poco de imaginación y, sin embargo, nos ha dado mas inspiración de la que podíamos imaginar.

Sí. En Ronda casi experimentamos un dilema; es un destino que nos atrapa y del que difícilmente podremos deshacernos, porque la experiencia vital que nos ofrece, en un espacio-tiempo es tan abrumadora que nos hace indulgentes para con el tiempo que vivimos y hedonistas dentro de su espacio. Estamos aquí porque nos gusta que el tiempo transcurra en este lugar.

La exposición Desviaciones del grupo NIE forma parte de esa experiencia placentera, que incluye cierto rapto de la imaginación y una abundante inspiración. Ronda y su sierra tal vez estén dando algo que desconocen. Es tiempo de descubrirlo, y no solo con esta exposición, sino, también, con muchas otras demostraciones que tienen su lugar donde habitar es paradigma de estar.


Ignacio Herrera de La Muela

Wednesday 23 February 2011

James Boyd

Soy fotógrafo desde hace veinte años. Hace poco tiempo he empezado a ver mi trabajo de una manera diferente.

Esta nueva etapa, más introspectiva, me lleva a buscar y encontrar la conexión entre imágenes esenciales a lo largo de mi vida creativa. En el proceso encuentro imágenes clave para desarrollarme yo y mi trabajo como fotógrafo.

Pienso que despojarse de lo superfluo empieza en el proceso interior de cada uno. Esto implica identificar y depurar el ruido que a menudo nos impide un sosegado diálogo interior. Sin embargo, encontrar un lugar en el que la mirada es reflejo de nuestras inquietudes y donde el trabajo empieza a definir quien eres y donde estas, es un desafío.




“El proceso creativo es una sensación de trance más o menos prolongada en el que uno busca materializar algo que cree haber intuido previamente dentro de sí. Esta búsqueda es la que verdaderamente importa, la que construye nuestra mirada y desvela nuestra propia voz”, dijo un amigo.



James creció en Ronda en un entorno de artistas y escritores, entre ellos su propio padre, que sin duda inspiró y alimentó su interés por el arte.

Estudió en Londres, y cursó la carrera de diseño arquitectónico en la Universidad de Kingston donde se interesó por la fotografía. Desde 1991 vive de forma permanente en Ronda desde donde realiza con frecuencia viajes al Norte de África, Sudamérica y Asia.

Ha participado en exposiciones colectivas e individuales así como en numerosos talleres de fotografía en España con fotógrafos relevantes como son: Tino Soriano, José Manuel Navia, Eduardo Momeñe y Matías Costa, entre otros.

Actualmente es fotógrafo oficial para la empresa canadiense Butterfield and Robinson.

Ida Idae

Las obras que expongo en el Convento de Santo Domingo en Ronda muestran mi trabajo realizado en los últimos años. Presento dos proyectos concebidos a partir de estímulos diferentes, aunque realizados ambos sobre metal con perfiles cortados a láser y potenciados con luz.


Cuatro colores

Cuando supe que se podían analizar de forma espectroscópica pigmentos orgánicos e inorgánicos (procedentes de antiguos manuscritos y tapices) y vi los resultados, supe que utilizaría estos avances para la continuación  de mi estudio sobre el color. Y tal vez llevarlo hasta el final porque, ¿qué puedo decir después de estos gráficos?

Observo por ejemplo, el  carmín de garanza (rouge de garance), color de la rabia, del amor, de la guerra, del poder, reducido a una fría línea… Si el poderoso genio del cuento es encerrado en una botella, de igual modo se obliga a este color, fuerte, lleno de temperamento, a constreñirse en una curva. Pero, igual que el genio y a pesar de ello, el color no pierde su fuerza.

Plasmé estos gráficos en planchas de acero inoxidable atravesadas con rayos láser, que es el que dibuja la curva del estudio del espectro.
Eso es todo. ¿Hay algo más?

Femmes Fatales

Tal vez este apelativo, en francés, se deba al poeta Baudelaire, que lo arrebató de un inconsciente colectivo que, de algún modo, identifica la belleza femenina con la muerte.
La íntima relación entre ambas ha obsesionado a muchos poetas, como a Poe, que decía que la muerte de una mujer bella era, sin duda, el tema más poético del mundo.

Sin embargo, mi inspiración discurre por otros caminos. Mis Femmes Fatales son voluptuosas, palpitan con el sol y son ajenas a las sombras de la muerte.

Los perfiles de mujer, cortados con láser sobre una plancha de metal ovalada de 120 cm. de altura y 55 cm. de ancho, están iluminados.

Cada plancha ha sido coloreada con diversas pinturas.







Creció y estudió en Francia. Comienza su carrera como artista profesional en Alemania.

En Alemania, en la galería Furioso de Wiesbaden, en 1986 es la primera artista en servirse de la energía solar  con la obra “Impuls”. Expone de nuevo haciendo uso de la energía solar en  la Neilson Gallery de Grazalema en 2009.

Artista ecléctica por excelencia y nómada de espíritu, entre 2001 y 2010 presenta la instalación dedicada a la arqueología de futuro bajo el título Barbie, Venus Dollyca  en la Galería Fort de Cadaqués, Museo Mondragón de Ronda, Museo Arqueológico de Sevilla, Kultur-Etxea, Gernika y está programada  en el Museo Arqueológico de Ingelheim, Alemania para marzo- octubre de 2011.

Tras haber vivido en Yemen, Burkina Faso, Brasil, Francia, Alemania, Barcelona y Madrid, vive en Andalucía desde 2003.

Edda Marenzi

Acrílicos

La serie de pinturas acrílicas trata sobre la agresión, un fenómeno en nuestros días que me preocupa mucho. Yo quería demostrar a través de este medio de pintura –nuevo para mí- que la agresión existe en todo momento de la vida humana.

Pinto sobre el reverso del cristal –así al mirar, el brillo disminuye y las siluetas se difuminan hasta ofrecer un aspecto casi inocente y acogedor de la agresión. Lo naïf del dibujo refleja que nacemos con cierto gusto por la violencia que nos rodea. No sólo en el ambiente cotidiano de cada uno, y no excluyo el arte y la religión.
 



Acuarelas

He pintado al agua toda mi vida. Me gustan los tonos, su obstinación (no se dejan borrar) y su translucidez. Los árboles de mi finca son personajes para mí, dotados con carácter y propiedades, como individuos  a los que bien se quiere.






Después de terminar su bachillerato en Viena y en EE.UU, estudia pintura con el profesor C. Unger en la Academia de Artes Aplicadas, así como Restauración y Tecnología en la Akademie der Bildenden Künste de Viena.
Forma parte del equipo de restauración de importantes iglesias en Austria, incluyendo la Karlskirche en Viena y la basílica Sonntagberg en la Baja Austria.
Gran parte de su obra, principalmente acuarela, se encuentra en colecciones privadas.
Vive en España desde 1998, donde ha participado en las exhibiciones del grupo “Fuente” (2000) y en la colectiva “El ojo del extranjero” (2003) y “La mirada del extranjero” (2009) en Ronda.

David Seaton

La serie Polonia surgió tras una intensa gira cultural por Polonia en enero de 1990. Ocurrió durante el colapso en dominó de los estados comunistas de Europa. En Polonia, el movimiento obrero Solidaridad y la Iglesia Católica se adjudicaron la responsabilidad y autoría de la caída del autoritarismo. Había una sensación de optimismo, de liberación y de libertad, de la marcha hacia la democracia, el capitalismo y el libre mercado. Veinte años después estas nociones parecen desgastadas y raídas.

La obra representa un diario de las visiones reconstruidas. Yo estaba inmerso en las artes visuales, en el teatro, el cine y la música. Visité Varsovia, la escuela de cine de Lodz, las ciudades de Lublin, Cracovia, Wroclaw y, por supuesto, Auschwitz y Birkenau. Mi impresión duradera de Polonia es de una tierra impregnada de siglos de guerras y del sufrimiento humano que conllevan.





La serie Matador nació de mi atracción por el espacio del ritual / evento en la plaza de toros. Mi torero es un arquetipo, una figura imponente, un verdugo, o el ejecutado.



El conjunto de obras recientes Eras / San Juan, se basa en la forma de una era de trillar. Tiene una relación con la tierra como un lugar de trabajo y del ritual, un espacio para los acontecimientos que propiciamos los humanos. Hay vestigios de presencia humana y de energía, también hay referencias al espacio / tiempo. Hay referencias elementales, con las dualidades de la expansión / contracción, lo centrípeto / lo centrífugo. La narración es el ritual de la celebración de San Juan.



Estas obras forman parte de un viaje entre tres culturas, entre Inglaterra, Polonia y España, una crónica y comentario a través de visiones de experiencias, de "estar presente".




Estudió Arte en Yorkshire, donde realizó un máster en Art Education (Enseñanza para las Artes). En Saint Martin’s Art School de Londres se gradúa con un máster en Escultura.
Durante los años 70 enseña en varias facultades de arte; Falmouth, Bath, Croydon, Saint Albans, entre otras y trabaja en escultura y pintura.
En 1975 participa en la exposición internacional de escultura The Condition of Sculpture en la Hayward Gallery de Londres.

A partir de los 80 trabaja con Miles Richmond en Yorkshire y en Escocia, donde ambos se involucran en la organización de talleres multidisciplinares de arte. Visita Polonia con un grupo de artistas en 1990. Trabaja y expone en Lublin, Varsovia y Oronsko.

Organiza con Inés Amado The International Multi Media Symposium, en las Azores en 1995, cuya exposición resultante se presenta en Lisboa, Madrid y Londres. En 1999 y 2000 trabaja y expone en el Watershed Center of Ceramic Art, Maine, EE.UU.
Visita Ronda por primera vez en 1980, donde vive desde 2003.

Lies Wajer

Me establecí hace quince años en la Serranía de Ronda, donde vivo con mi marido rondeño, agricultor ecológico.

Durante muchos años he viajado con mi cámara por Europa y sobre todo por el interior de Australia, donde llegué al lugar sagrado más venerado por los aborígenes: Uluru, también conocido por Ayers Rock.

En mi mirada hay una fascinación por lo mágico, por  las  percepciones anticipadas que se hacen realidad, y en esa realidad, mi fotografía se hace solemne y respetuosa.

Un día, sorprendida e impresionada por las circunstancias extraordinarias -una inesperada lluvia en el desierto motivó la huida de los innumerables grupos de turistas. Caminé unos 10 kilómetros a los pies de esta formación rocosa. Tuve la oportunidad insólita de fotografiar paisajes de espacios y formaciones inimaginables, lo que me inspiró desde entonces una profunda relación emocional con el interior de Australia, sus habitantes y su arte.







A mi llegada a Ronda,  recorrí espacios y caminos de forma solitaria, integrando en mi fotografía todos los elementos que componen un paisaje real, evitando cualquier idealización justificada por un planteamiento estético. Miro hacia el medio natural de dos formas a través de mi fotografía, dos maneras casi opuestas. No siempre me identifico con la estética común, aunque la veo y pueda atraerme, es en “lo feo” donde encuentro una verdadera pasión y donde intento encontrar belleza.


Ha sido asistente/coordinadora del departamento de arte gráfico durante la reorganización de la ‘Rijksakademie van Beeldende Kunsten’ en Ámsterdam (Academia Posgraduada de Bellas Artes) entre los años 1983 y 1987.

En 1993 crea la Fundación INMA, y presenta la exposición Desert Tracks, pinturas de los Australianos Aborígenes de Australia Central, exposición que recorre durante dos años Holanda y Bélgica. Publica junto con la casa editorial Alexander Valeton, el libro Aboriginal kunst – Uit het hart van Australië (la primera publicación en holandes sobre arte de los aborígenes de los desiertos de Australia Central).

1994-1996 - Participó con sus fotos en la exposición ‘Desert Tracks’
1998-2009 – Ha hecho diversos exposiciones en Ronda: ‘Toros de la Goyesca’; ‘Romerías’; ‘Wildflower Afternoons’; y participó en ‘La mirada del extranjero’ con la instalación ‘Naturaleza Muerta / Still Life’, macros de basura en el campo (2000-2009).

Vive en España desde 1996.